Sintomas de la perdida de audición
¿Sabes cuales son los síntomas de la perdida de audición?
Al igual que hay muchos tipos de perdida de audición, también hay un gran número de síntomas. Alguien con una perdida media en ambos canales auditivos puede experimentar diferentes síntomas que alguien con una perdida mayor, aunque solo sea en una oreja.
Sintomas más comunes
Si eres un adulto y crees que puedes tener perdida auditiva, estos son algunos indicadores que pueden acabar de confirmar que no oyes tan bien como deberías. Los más comunes son:
- Amigos o familiares te dicen que el volumen de tu televisión está demasiado alto.
- Te cuesta entender las palabras, especialmente en ambientes ruidosos.
- Puedes tener dificultad para entender a la gente cuando hablas por teléfono.
- Sensación de poder oír, pero no entender a las personas.
- No estás seguro de donde proviene la localización de algún sonido.
- Le dices a la gente que te repita lo que te acaba de decir.
- Dependes de tu esposo o esposa para que te confirme si lo que has oído es cierto.
- Evitas encuentros sociales
- Te sientes cansado al atender a eventos sociales y te genera la llamada fatiga auditiva.
- Has notado tinnitus o un sonido molesto en tus orejas.
- De forma paradójica, algunos sonidos te suenan demasiado alto en comparación con otros.
Signos de perdida auditíva
Un signo es todo aquello que los audioprotesistas podemos detectar mediante pruebas.
Cuando acudes a una clínica auditiva y buscas ayuda, antes de realizar cualquier test, lo más común es preguntarte sobre los síntomas que puedas experimentar y después realizar la prueba.
Tras realizar la prueba, los resultados obtenidos se mostrarán en un audiograma y podrás ver el grado de perdida en los dos oídos.
¿Cúal es la perdida auditiva más común?
La perdida auditiva más común es aquella producida por daños en el oído interno o en los nervios.
Este tipo de perdida se llama NEUROSENSORIAL y está causada por daños en las células ciliadas o en las vías nerviosas que transmiten información al cerebro.
Esto es muy común sobre todo con el paso de la edad, aunque cada persona puede sufrir deterioros de las mismas por causas diferentes como la exposición continua al ruido, llevar una vida sedentaria, etc.
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